Estructuras eclesiásticas, poblamiento e institucionalización en la diócesis de Buenos Aires durante el período colonial
La investigación en curso se propone reconstruir el proceso de configuración de autoridades locales y jurisdicciones eclesiásticas en la diócesis de Buenos Aires entre fines del siglo XVII y comienzos del XIX. Hemos comenzado a realizar el análisis de las estructuras eclesiásticas en la diócesis de Buenos Aires en tres momentos: en los primeros años posteriores a su creación (entre 1620 y 1640); durante las décadas de 1730 a 1750 y en los primeros años del siglo XIX. Se trata a la vez de una especialización y de una historización a partir de las cuales buscamos precisar:
-los
diferentes momentos de la diócesis en relación al tipo de
estructura predominante y a la población hacia quienes esas
estructuras se encontraban destinadas
-la
densidad y el tipo de estructuras y sus cambios a lo largo de dos
siglos
-los
momentos y las causas de la diversificación de la autoridad
religiosa y de las estructuras eclesiásticas, su papel como
autoridades y sedes de un poder institucional y en la formación de
un orden institucional en la región.
La
investigación se propone entonces analizar las distintas estructuras
eclesiásticas –parroquias, viceparroquias, misiones, pueblos de
indios, capillas en fuertes y fortines- en la diócesis de Buenos
Aires entre comienzos del siglo XVII y comienzos del siglo XIX como
modo de evaluar su rol en las formas de gobierno local y los procesos
de institucionalización que se verificaron en esta jurisdicción. Al
mismo tiempo busca considerar un sujeto poco valorizado en los
estudios actuales sobre la Iglesia colonial en el Río de la Plata
como es el territorio diocesano, la autoridad episcopal y los
vínculos de obediencia/resistencia entre las autoridades
eclesiásticas locales/territoriales y centrales que residían en las
sedes diocesanas.
Otro
eje de reflexión se organiza en torno al papel de algunas
estructuras
eclesiásticas de larga duración y de escala amplia como las
parroquias. Su
papel como lugares de institución o estructuras de encuadramiento
religioso y social ha sido señalado en los estudios sobre sus
orígenes no tan lejanos en la época medieval y se ha puesto en
evidencia la articulación entre las estructuras de encuadramiento
religioso y el territorio y han descripto el largo proceso a través
del cual la parroquia comenzó a definirse en términos de territorio
entre el siglo IX y mediados del siglo XIII. Y han señalado la
importancia decisiva de las parroquias en los procesos de
institucionalización y territorialización en este contexto por
haber constituido la primera red administrativa a escala de la
localidad. Al mismo tiempo se ha señalado el papel de las prácticas
sociales y culturales -y religiosas: como la obligación de bautizar
a los recién nacidos y de inhumar a los difuntos- en su
delimitación. De este modo las parroquias pueden ser pensadas,
además de como unidades de la fiscalidad laica y/o eclesiástica,
como espacios de negociación constantemente redefinidos por los usos
y como espacios de reivindicación de pertenencias por parte de las
poblaciones locales. En este sentido la parroquia continuaba siendo
una comunidad de fieles luego de verificarse su territorialización.
La
importancia de su rol en la dinámica medieval y, más ampliamente,
en la expansión occidental (o mundialización feudo-eclesial) ha
sido señalada por Jerôme Baschet recientemente a propósito del desafío de resituar las posibilidades
de la comparación -el “espíritu comparativo”- como marco para
la reflexión en las ciencias sociales en las últimas décadas en
Francia. Este movimiento de ampliación continental del mundo
occidental contó con herramientas de conocida eficiencia que aportó
la Iglesia y la estructuración eclesial de la sociedad colonial
explica en gran medida su mantenimiento durante tres siglos. La
experiencia colonial multiplicó las versiones de aquella institución
medieval al crear las parroquias de indios o doctrinas, de españoles
o los curatos de naturales. El
análisis de la institución en su versión iberoamericana de la
época colonial requiere entonces un estudio sistemático de sus
diversos sentidos otorgados por la intervención de distintos agentes
y el desarrollo de diferentes experiencias históricas.
María
Elena Barral
Investigadora
CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas)
Profesora
de la Universidad Nacional de Luján (Historia de América Colonial)